El resultado de la inspección del Ministerio de Educación fue devastador para nuestra escuela Starkid. En el informe de la inspección, una de las críticas era «… el departamento de secundaria debe cerrarse si los alumnos de la escuela superior no tienen posibilidad de trabajar experimentalmente en las asignaturas de ciencias…». En la escuela había una sala para un «laboratorio», pero no había un equipamiento similar al de una sala de prácticas.
La cabaña se convertiría un día en un laboratorioLa cabaña se convertiría un día en un laboratorio
Durante una de mis visitas para discutir el contenido del próximo taller en nuestra escuela, Rosalyn, directora de la escuela Starkid School, me mostró el informe de los inspectores. No sólo que faltaba dinero y equipo, sino que ¡la próxima la inspección de control sería dentro de unas cuatro semanas!
Llamé a Ingo Winter, director de FEDA Madrid, y hablamos de cómo podíamos ayudar. Si la creación del laboratorio no se llevaba a cabo, 50 alumnos de 1º a 4º curso no se graduarían y no podrían seguir estudiando.
Llegan los primeros materialesLlegan los primeros materiales
Conseguimos que Emmanuel, nuestro profesor de biología y química de la escuela Starkid, se uniera al proyecto y, junto con Rosalyn, pensamos en cómo podíamos montar un laboratorio lo más rápidamente posible.
Había que transformar y ampliar la sala existente. La cabaña de hojalata necesitaría ventanas y aislamiento. Necesitábamos agua, mesas de laboratorio con fregaderos y, por supuesto, equipos y materiales para poder realizar experimentos. Movilizamos a algunos padres del barrio con conocimientos de construcción y encontramos una tienda en River Road que vende materiales para la enseñanza de las ciencias.
Tras revisar el presupuesto disponible para nuestro proyecto, le dimos luz verde. ¡Ahora empezamos a trabajar y construir! Al principio fue un desastre, nada salía como planeado y cuando casi íbamos a abandonar el proyecto encontramos a un ingenioso padre de un alumno que planificó y llevó a cabo el trabajo con nosotros. Ahora las cosas sí avanzaban y, aún con pequeños contratiempos, pudimos construir un laboratorio en cuestión de 3 semanas y partiendo de dos salas oscuras y totalmente revueltas, ¡en las que se crearon 15 puestos de trabajo para experimentos científicos!
La entrega del laboratorioLa entrega del laboratorio
Al cabo de 6 semanas llegó la inspección de control y los inspectores quedaron muy sorprendidos y totalmente satisfechos con nuestro laboratorio.
Emmanuel y su colega, el profesor de física, están especialmente contentos porque ahora también pueden combinar la enseñanza teórica con el trabajo práctico.
Alumnos realizando prácticas en el nuevo laboratorioAlumnos realizando prácticas en el nuevo laboratorio
Espero que la situación permita muy pronto a los alumnos de los cursos superiores del Colegio Alemán de Nairobi realizar unas pequeñas prácticas en el Colegio Starkid de Githongoro; la experiencia realmente merecería la pena.
Me gustaría transmitir el sincero agradecimiento de la directora de la Starkid School, la señorita Rosalyn, a nuestros amigos de Madrid, que dieron un claro SÍ a usar parte del dinero donado para este proyecto. Podrán ver los resultados por sí mismos en noviembre, cuando nos visiten en Nairobi.
